Buenos Aires, 07/10/2025, edición Nº 4710
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El Café oculto de los Bosques de Palermo

De rincón olvidado a nuevo hot spot porteño. En Plaza Sicilia, junto al Jardín Japonés, se puede encontrar un espacio patrimonial convertido en el secreto mejor guardado de la zona. Ideal para disfrutar de brunchs y tardes al aire libre en épocas de primavera.

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Ir a los Bosques de Palermo es un plan clásico en cualquier época del año. Sin embargo, pocos tienen en su radar a Plaza Sicilia, el espacio verde lindero al Jardín Japonés, sobre avenida Adolfo Berro. Durante mucho tiempo, ese rincón estuvo marcado por el abandono: una construcción deteriorada, un entorno inaccesible y hasta una vivienda improvisada a orillas del lago Victoria Ocampo.

Hoy, ese paisaje cambió por completo gracias a Romina Stoppami y Eduardo Perret, ambos de 38 años, quienes se animaron a devolverle la vida al lugar con la apertura de Selena Café.

Las primeras tardes de primavera tienen total protagonismo con este local que vibra a pleno. Es difícil no encontrarse con todas las mesas a pleno los fines de semana. Cada persona que atraviesa la plaza se maravilla con la renovación que emprendieron los jóvenes hace poco más de un año.

El espacio combina una decoración moderna con la impronta patrimonial del edificio original. Nada quedó librado al azar: “Hasta los estantes de cada mueble fueron pensados. Yo pinté los cuadros, diseñé las tazas de cerámica y elegí los colores junto a Edu”, cuenta Romina, también chef ejecutiva del café, que abre de lunes a domingo de 8 a 20 con desayunos, almuerzos, brunchs y meriendas.

La historia detrás del proyecto tiene algo de casualidad. En un principio, les habían ofrecido abrir una franquicia, pero rechazaron la idea por temor a perder calidad. Más tarde surgió la propuesta de montar un café propio y se terminaron anotando en una licitación del Gobierno de la Ciudad para hacerse cargo del espacio.

El desafío fue enorme: abrir un local gastronómico en una construcción protegida. “Normalmente uno adapta el lugar a sus necesidades, pero acá fue al revés: debimos adecuarnos a lo que había. No pudimos modificar nada de la estructura, sólo instalar un aire acondicionado”, explica Eduardo, ingeniero industrial.

A eso se sumaron las particularidades del edificio: “Es una casa, no un local convencional. Cada habitación se convirtió en un salón, por lo que los mozos deben moverse de manera distinta a lo habitual. La cocina es muy chica, por eso montamos un centro de producción en Palermo para elaborar lo que acá sería imposible. Si no, sólo podríamos servir medialunas y tostadas”, ilustra Romina.

Con creatividad, esfuerzo y mucha pasión, Selena Café logró transformar un rincón olvidado en un nuevo hot spot porteño. Es que se puede decir que, sin querer, le volvió a dar vida a un sector de los Bosques de Palermo que no era de los más concurridos porque estaba inmerso en el abandono: tanto los cimientos de la casona como todo su entorno hoy lucen atractivos tras un trabajo integral de puesta en valor con fondos públicos y privados.

Los precios de Selena Café

En Selena Café, la propuesta combina el espíritu del brunch porteño con toques gourmet y una carta de especialidad en café que conquista a primera vista. Desde tostadas con gravlax hasta waffles irresistibles y tragos de autor, cada plato tiene un detalle pensado para disfrutar sin apuro. A continuación, un repaso por algunos de los precios más representativos:

  • Espresso: $3.900
  • Latte: $5.600
  • Iced latte: $6.800
  • Chai latte: $6.900
  • Medialuna de manteca: $2.900
  • Cookie de pistachos: $4.100
  • Tostado en pan de campo (lomito y queso): $7.000
  • Croissant tostado con lomito y queso: $10.600
  • Ohlalá (omelette + tostón): $12.100
  • Platter (palta, portobellos, rúcula y huevos revueltos): $14.000
  • Gravlax (salmón, palta y queso especiado): $18.900
  • Poke bowl gravlax: $26.000
  • Queso brie horneado: $14.700
  • Croqueta de mandioca con ragú de carne: $14.000
  • Waffle “Súper dulce de leche”: $22.500
  • Torta Red Velvet: $10.300
  • Cheesecake de frutos rojos: $10.300
  • Pavlova: $12.200
  • Aperol Spritz: $9.000
  • Cerveza Bierhaus (473 ml): $9.000

La “doble vida” de El Tambito

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La Plaza Sicilia es un lugar ubicado en un punto estratégico, pero que no muchos conocen. El largo abandono que sufrió alejó a la gente de ese punto porteño, pero ahora comienza a recibir cada vez más personas. Una glorieta, un puente y el lago Victoria Ocampo invitan a relajar la vista y a hacerse uno con la naturaleza a metros de la casona.

El Tambito cerró sus puertas en 1901 cuando un grupo de malevos mataron a un niño de clase alta y de ahí todo fue decadencia. En la década del 40, el inmueble fue sede de la administración del Parque Tres de Febrero. Luego, tuvo otros nombres y destinos hasta que fue casi devorado por el olvido… y un fuerte incendio producto del vandalismo.

Los más jóvenes quizás desconozcan que hubo un tiempo no muy lejano en el cual hasta el teléfono de línea era un lujo. Pero aún sin smartphones y sin apps de citas, cada época supo encontrar espacios para el encuentro y el relacionamiento entre personas. Así nacieron sitios con cierta doble cara: de día familiares y de noche pura fiesta.

“Estas tanguerías eran lugares para guapos, que ante el mínimo malentendido sacaban a relucir sus cuchillos. Había que tener cuidado de sacar a bailar a la mujer equivocada. Cabe recordar que hasta el mismísimo Carlos Gardel vivió toda su adultez con una bala, producto de un disparo que le dieron cuando se dirigía del Palais de Glace al Armenonville”, cuenta Mariela Blanco, periodista especializada en patrimonio y autora del libro Leyendas de ladrillos y adoquines.

Y agrega: “Durante el día se arrendaba para el expendio de leche al pie de la vaca, y por las noches concentraba arrabaleros, mujeres de vivir ligero y era escenario de peleas entre malevos y compadritos”.

Consultada sobre la indumentaria típica de aquellos tiempos, Blanco señala: “Los hombres iban vestidos con riguroso sombrero gris, pañuelo de seda blanco en el cuello, pantalones angostos, saco negro corto y zapatos de taco alto”.

El entorno, uno de los predilectos del turismo

El Tambito está en la misma plaza que el Jardín Japonés y el MOA, el hospital de estatuas que atiende a las obras vandalizadas.

“Muy cerquita de Tambito, en la intersección de las avenidas Sarmiento y Figueroa Alcorta, se encuentra el Monumento a Justo José de Urquiza que tiene un detalle muy curioso. En la base se observan escenas de la Asamblea General Constituyente de 1853 y de la batalla de Caseros, donde Urquiza derrotó a Rosas el 3 de febrero de 1852. El detalle son las cadenas rotas, símbolo del fin de la tiranía del gobernador bonaerense”.

La plaza también alberga una estatua de Caperucita Roja del escultor francés Jean Carlus, que fue emplazada en distintos lugares hasta llegar a la Plaza Sicilia allá por 1972. Lleva una canasta en la mano izquierda y un ramo de flores en la derecha.

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