Ciudad Cultural Konex presenta “Pieza plástica” una obra con mucho prestigio

(CABA) El ya consagrado director Luciano Cáceres reafirma su identidad artística con este texto del alemán Marius Von Mayenburg, al que recurre con el objeto de emitir un nuevo mensaje sobre los desajustes de nuestra sociedad, mostrando el principal síntoma: el núcleo familiar bombardeado por infinidad conflictos humanos como la insatisfacción, la neurosis, el desdén, la frustración sexual, la amoralidad y otros problemas que llevamos al interior de nuestros vínculos.

En la producción general de Cáceres podemos ver un hilo conductor, una estética, una coherencia de mensaje entre las últimas entregas y esta. Lo aprecian mejor quienes vieron “Esposas de dictadores”. También pueden observar esta coherencia quienes lo han seguido a lo largo de su productiva carrera (basta entrar a su perfil en Alternativa teatral para darle el real significado a “productiva carrera”).

A lo largo de años fue formando un grupo compacto que es “su gente”. En esta entrega incorporó, además, destacadas actuaciones a su equipo: la de un experto en la velocidad en el relato, como es Cutuli en el rol del artista plástico Haulupa, quien descubre a Jessica, su pieza plástica, un nuevo acierto de Shumi Gauto como lo fue en “El acto gratuito”.

Brenda Gandini descolla en la composición de Ulrike junto al efectivo Joaquín Berthold, quien es Miguel en esta obra. Ambos son los progenitores de Vincent, un excelente trabajo del joven Santiago Magariños.

Hay un dispositivo escénico compacto que dialoga entre el diseño y realización escenográfica de Agustín Garbelloto, un extravagante vestuario firmado por Ana Leiva y Julieta Harca, y la siempre acertada propuesta lumínica de Gonzalo Córdova, que ya es un sello en las propuestas de Cáceres.

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