Tecnópolis 2012: shows y atracciones infantiles para las vacaciones de invierno

Con entrada gratuita y variedad de atracciones, Tecnópolis 2012 es una muy buena opción para visitar en vacaciones de invierno con los niños.

(Ciudad de Buenos Aires) El paisaje tecnológico y futurista de Tecnópolis está salpicado por doquier de expresiones artísticas, algunas estáticas y otras, como las actuaciones de acróbatas y bailarines, de plástico movimiento.

Cada día, cerca de las cinco de la tarde, un grupo de danza aérea reúne a cientos de espectadores bajo el arco de acceso a la megaferia, sin otra convocatoria que su presencia y sus preparativos.

Esta tarde son dos chicas, con buzos rojos y calzas rayadas, y un varón, todos veinteañeros, quienes se enganchan a un cable que pende del centro de la estructura metálica y rectancular, mientras comienza a sonar música de ritmo marcado, que el público refuerza espontáneamente con las palmas.

La boca del arco, de 14 metros de altura, se convierte en el escenario vertical para las evoluciones de los bailarines, esencialmente experimentales, con el cielo crepuscular como telón de fondo.

Mientras el conjunto adquiere el balanceo de un péndulo circular, los cuerpos de ovillan, se extienden, se unen entre sí por los miembros, se enroscan, se invierten, se contorsionan ante cientos de atentos testigos de toda edad.

“Aquí la gente se acerca directamente, no hay filtro como en un teatro porque no se cobra entrada”, explica a Télam Liza Rule Larrea, mendocina, de 24 años, bailarina de danza contemporánea e integrante de la Compañía Andante, que coordina el grupo en Tecnópolis.

“Este público expresa una gran admiración y, por supuesto, eso se siente, nos llega esa energía”, comenta.

Con formación variable según los días, junto a Liza integran el elenco Romina Farías, Santiago Borda, Guido Bonacosa, Clara Parada y María Balanza, y cuatro asistentes técnicos.

Liza participa además en la Tecnocaravana, que recorre la feria, compuesta también por acróbatas, dos de ellos provistos de zancos mecánicos que les permiten saltar por sobre la cabeza de una persona de pie, y otro que maravilla a la multitud con sus destrezas dentro de una estructura circular de caños.