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Pizzas congeladas: ¿Practicidad hogareña o herejía gourmet?
¿Te gusta la fugazzeta casera? ¿Sos de amasar hasta lograr la masa perfecta? Dejá de leer ya mismo. En esta nota nos metemos con el tercer alimento congelado más vendido del mundo: la pizza.
(Ciudad de Buenos Aires) Correspondería amasar. Incluso hacer una rica pizza casera es bastante simple. En el peor de los casos, comprar un bollo de panadería y evitar el enchastre de la harina. Pero muchas veces la cruel realidad es otra: falta de tiempo, de ganas o incluso de talento para cocinar hacen que ante la urgencia, el hambre o un simple antojo, tener una pizza congelada en el freezer sea la solución.
Cuenta la historia que a fines de los años 50, en Estados Unidos, apareció la primera pizza congelada. No se sabe con seguridad si el creador fue la marca Celentano Brothers o si la responsable fue Rosa Totino, dueña de una pizzería en Minneapolis que abrió en 1951. Lo cierto es que para fines de los 60 Totino era la pizza congelada más vendida del país. A partir de ese momento muchas empresas copiaron, rediseñaron y mejoraron la idea hasta lograr convertir la pizza congelada en el tercer alimento frozen más exitoso del mundo, detrás de la carne y del helado.
En la Argentina, en cambio, poco se supo de esta tendencia hasta que a principios del 2000 se planteó un interrogante: “¿Por qué Sibarita es tan rica?”. Fue así, gracias a ese pegadizo slogan, que muchos consumidores se enteraron de la existencia de las pizzas congeladas. Sibarita no sólo marcó un hito en la comunicación (diez años después, todos recuerdan aquellos comerciales) sino que además allanó el terreno para que entraran a competir en el mercado nuevas empresas locales e internacionales.
Lejos de la idea de que las pizzas congeladas escatiman en ingredientes y tienen gusto a plástico, en la actualidad nos encontramos con casi una decena de marcas que luchan por obtener un lugar en el freezer del consumidor a fuerza de constante innovación y nuevos sabores. Tal es el caso de la ya mencionada Sibarita que además de haber lanzado la variedad “media masa” hace poco sorprendió con un pizza congelada para microondas, o de Mondo Frizzatta que ofrece variedades con pollo o con ananá. Las propuestas son muchas y muy variadas, para cautivar a los clientes que necesitan soluciones rápidas y alternativas para resolver alguna que otra comida.
SI NO SABÉS COCINARLAS, RETIRATE
Claro que este crecimiento no es casual y motivos para elegirlas sobran: son prácticas (siempre se puede tener alguna en el congelador sin ocupar demasiado lugar) y, ante todo, son muy fáciles de preparar: si sabés abrir una caja y prender el horno, podés tener una fugazzeta al toque sin problemas. Dependiendo del horno, son necesarios apenas diez o veinte minutos para tenerlas listas. Como plus, son económicas: aunque en un principio parezca que no, la realidad es que hoy es difícil encontrar una pizza mediana por menos de $40 que llegue a nuestro domicilio sin estar fría o con el queso pegoteado en la caja de cartón.
Los amantes de la cocina casera pondrán el grito en el cielo, pero esos gritos no lograrán detener a las millones de personas que optan por las pizzas congeladas. Y si bien es cierto que a primera vista todas parecen más o menos lo mismo, la realidad es que cada marca tiene su particularidad. Por eso pusimos las manos en la masa, las probamos y te contamos cómo son algunas de las principales variedades.
Sibarita
Fue la primera a nivel local y al día de hoy sigue siendo referente en la categoría de pizzas congeladas. Si bien en el 2007 fue adquirida por el gigante McCain (sí, el de las papas fritas), mantuvo siempre la misma calidad. En todos estos años en el mercado pasó de ofrecer solamente unas pocas variedades a tener más de diez opciones con dos tipos de masa: piedra y media masa. La original de mozzarella es una apuesta segura, abundante queso y masa crocante. Recomendarla es casi una obviedad, asi que fuimos por su última creación, la única pizza congelada baja en calorías que encontramos en las góndolas: Vegetales Light. Poco queso, masa crocante, una buena cantidad de vegetales (choclo, brócoli, hongos y morrón) y apenas 189 calorías por porción hacen que la promesa de ofrecer una alternativa más sana y llena de sabor se cumpla. ¿189 te parece mucho? Es que la gente de Sibarita calcula cada porción como equivalente a un cuarto de pizza, es decir el doble que cualquier otra marca. Precio: 35 pesos.
Fausto
Es la versión más popular de las pizzas del Dr. Oetker, farmacéutico alemán que inventó la levadura en polvo y fundó los cimientos de una gran empresa que hoy tiene presencia en más de 39 países. En este caso se trata de una pizza por demás correcta pero sin demasiadas pretensiones (ni queso), de tamaño normal y masa crocante. Si bien viene solamente de mozzarella, se la consigue en diferentes presentaciones: dos pizzetas individuales a 33 pesos, la clásica a 30 y una caja de dos grandes que viene con un cortante de regalo, una propuesta excelente para una juntada improvisada de amigos que se resuelve con 55 mangos. Todas las versiones se consiguen en cualquiera de los supermercados de cadena.
Ristorante
Es la versión gourmet de Dr. Oetker. Son finitas y crocantes, vienen en seis variedades (mozzarella, vegetale, quattro formaggi, prosciutto, pepperoni y calabrese) y todas cuidan el detalle: se nota que usan productos de excelente calidad y no escatiman en ingredientes. Es la mejor en relación precio-calidad aunque tienen un punto en contra: vienen en un sólo tamaño y son algo más chicas que la competencia (340grs). La de mozzarella incluye tomate “fresco” y una suerte de pesto de albahaca bastante interesante. Pero para recomendar, elegimos la de Procciutto: el jamón viene en trozos medianos y su sabor es delicioso, el queso es abundante y no sobresale del borde. Precio: 27 pesos.
Mondo Frizzatta
Desde su planta industrial en Rosario, Santa Fe, llegan a las góndolas las diez variedades de pizza que ofrece la empresa Congelados del Sur. Si bien encontramos, entre las clásicas, mozzarella, fugazzeta, calabresa, margarita o vegetales, variedades exóticas como la hawaiana (con ananá) o la de pollo, no siempre están disponibles en la góndola por lo que para recomendar elegimos la clásica de muzza. Además de finita y crocante tiene una particularidad: es la única pizza congelada que viene con aceitunas. Se consigue en Coto a $30,65 y también en www.subzero.com.ar, que tiene delivery gratis.
Jumbo
Provenientes de la misma fábrica que elabora las Mondo Frizzatta. Probamos la de jamón y morrones y la realidad es que cuesta recomendarla: el jamón está, pero es tan finito que apenas se siente y el morrón en pedacitos pequeños casi no aporta sabor. Además, al ser un poco más gruesa la masa, cuando el queso ya se derritió y comienza a tostarse, la base aún no está crocante. Para los que quieren darle una oportunidad, se consiguen en versión mozarella, fugazzetta, vegetales y cuatro quesos en Jumbo, Disco o Plaza Vea. Los precios van de 34 a 44 pesos.
Carrefour
La marca de este supermercado hace el intento y falla. Es finita, crocante (tal vez demasiado) pero le falta sabor, no tiene suficiente salsa y el queso está desprolijo por lo que probablemente alguna que otra porción haga las veces de pizza canchera. Es la más barata de todas pero a la que más ingredientes extra habrá que ponerle para obtener una pizza digna. Pesa 450grs y se consigue a 23 pesos.
TUNEÁ LA MUZZA
Así como se puede poner la pizza del freezer directo al horno precalentado, podés también agregar algunos elementos o modificar la forma de cocción para lograr un producto más a acorde a tu gusto. Por ejemplo, para lograr que la masa quede más crocante, colocá la pizza directo sobre la rejilla del horno sin asadera, ya que el calor directo a su base va a permitir que se evapore más rápido el agua y así la masa quedará bien seca. Algo a tener en cuenta es que estos productos son altos en sodio, por lo que es mejor no utilizar más sal sino recurrir a otros ingredientes ya salados como aceitunas, anchoas o jamón crudo para agregarle más sabor. Si bien el tiempo de cocción es corto, podés acortarlo aún más bajando la pizza unas horas antes a la heladera. Pollo grillado, hojas verdes e incluso más queso (provolone, parmesano, azul) pueden camuflar una simple pizza congelada y convertirla en una deliciosa pizza gourmet que engañará perfectamente a familiares y amigos inexpertos.
Fuente: Planeta Joy
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