Buscan recaudar 300.000 dólares para restaurar el Parador Ariston de Mar del Plata

(CABA) “Firmé un contrato con los dueños del Parador de Marcel Breuer, Ariston, Mar del Plata. Tengo seis meses para recaudar fondos para adquirirlo con mi fundación”. Vanessa Bell, una periodista y curadora especializada en arquitectura y diseño, compartió, vía Twitter y con aires de celebración, el primer paso de un gran objetivo que se propuso: comprar la única obra que el destacado arquitecto húngaro Marcel Breuer dejó en América Latina, que se encuentra en estado de abandono.

Un desafío personal para abrir paso a un proyecto que, a través de una fundación y aportes económicos voluntarios, permita poner a salvo el inmueble, que es considerado una de las joyas de la arquitectura moderna. A corto o mediano plazo sería intervenido para que recupere su imagen original.

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“También lanzaré una campaña internacional de crowdfunding para su restauración”, finalizaba el tuit, que pronto sumó apoyos y las primeras intenciones concretas de participar de esta causa.

Cuenta Bell a La Nación que esta aventura empezó cuando un amigo la acompañó a ver el estado en que se encontraba esta construcción en forma de trébol de cuatro hojas, a la vera de la ruta 11 y a 20 kilómetros al sur de Mar del Plata. Alguna vez fue una confitería. Hoy es un edificio del que solo sobreviven las dos losas, sostenidas por columnas todavía firmes. Quizá la obra más reconocida en el mundo de su autor sea el edificio que por sede central tiene la Unesco en París.

“Me propuse encontrar a los dueños y generar una propuesta que asegure la posibilidad de mantener al parador como patrimonio cultural”, explicó la joven que además se dedica a hacer tours de diseño y arquitectura en la Capital, pero, que por sus viajes, tiene en otros países múltiples contactos de espíritu altruista, involucrados en la preservación de estos bienes.

Aclara que se trata de “un proyecto filantrópico” que instrumentará a través de la Fundación Ariston, que está en etapa de gestación. Le quedan algo menos de 180 días para recaudar los US$300.000 fijados como valor de lo que queda del inmueble. “Una vez concretada la compra se continuará con la recaudación para financiar todo el proceso de restauración”, precisó.

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El parador está en el acceso al paraje Playa Serena, frente al mar. Se construyó hace 72 años a partir de un diseño que dejó Breuer, considerado una de las principales figuras surgidas de la Escuela de la Bauhaus, cuna del modernismo.

Miguel Ángel Donsini, operador inmobiliario local y uno de los propietarios de la construcción, había anticipado su compromiso de involucrarse en el acondicionamiento y restauración del parador. “Queremos que sea parte del patrimonio cultural de la ciudad, otro ícono marplatense y disparador para una zona muy tranquila y con otra belleza distinta a la del casco urbano de la ciudad”, había dicho hace poco más de un mes. Ayer confirmó a La Nación que se firmó con Bell un contrato de reserva por 180 días con la opción de compra. “Por supuesto que queremos que se mantenga el mismo destino de restauración“, aclaró.

Breuer realizó el boceto y posterior proyecto del parador durante un breve paso que tuvo por el país, cuando vino a dictar un curso en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires. Llevarlo a los hechos fue un trabajo que confió a sus colegas argentinos Eduardo Catalano y Francisco Coire.

Hace casi tres décadas que dejó de ser aquella confitería y discoteca que le ponía algo de vida y luz a una zona descampada y poco habitada. En ese recorrido perdió la totalidad de su cristalería y aberturas por el vandalismo. Lo tapiaron con maderas y ya casi ni esa protección queda en pie.

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Profesionales del Conicet, a pedido de Donsini, realizaron hace dos meses un análisis de las columnas que sostienen la construcción. Las doctoras Marcela Vázquez y María Beatriz Valcarce, especialistas en estructuras de hormigón, coincidieron en que las piezas de hierro escondidas bajo cemento soportaron muy bien el paso de los años y la erosión marina, por lo que están en condiciones para afrontar el proceso de restauración.

Hace tiempo que se repiten intentos por asegurar la preservación de la obra. Desde el sitio Change.org se inició una campaña para que se la declare monumento histórico, con lo que quedaría a salvo de cualquier intento de demolición u otro destino que no sea su restauración.

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Varias de las buenas intenciones le llegaron a Bell desde el exterior. Las ofertas incluyen la posibilidad concreta de realizar eventos en ciudades como Londres o Nueva York para presentarle el proyecto a personas que están comprometidas con este tipo de causas.

“Recuperar el legado cultural que representa el Parador Ariston es un proyecto que se debe construir entre todos”, dijo Bell, que en la siguiente etapa espera involucrar a universidades, colegios profesionales y otras instituciones ligadas con la preservación patrimonial.

La intención es que, recuperado y de nuevo con todo su esplendor, el edificio albergue en su planta baja un bistró, devuelva al piso superior el formato de piano bar que alguna vez supo ostentar y reserve un sector para que allí funcione una suerte de museo con historia del propio parador y la obra de Breuer y del movimiento moderno. NR