Buenos Aires, 06/02/2025, edición Nº 4467
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Teatro

El payaso Chamé Buendía presenta dos espectáculos en el Teatro Picadero

Volvió a Buenos Aires para presentar sus últimas creaciones: “Llegué para irme” y “Last Call, última llamada”.

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(CABA) El payaso Chamé Buendía, miembro originario del icónico Clú del Claun y que giró a lo largo de cinco años con el Cirque Du Soleil, volvió a la Argentina para presentar sus dos últimas creaciones: “Llegué para irme” y “Last Call, última llamada“, que discurren en forma humorística sobre el vacío de la vida contemporánea y que se pueden ver en el Teatro Picadero.

Mientras “Llegué para irme” se está representando en la sala del pasaje Enrique Santos Discépolo 1857 los domingos a las 18 hasta el próximo 25 de junio, “Last Call” tendrá puesta también los domingos, pero en julio, desde las 18.

“Lo interesante de esto es hacer las dos obras juntas, que era el objetivo cuando fueron creadas porque si bien no son correlativas están directamente ligadas por una idea de dueto; es como que una obra se continúa en la otra, ambas bajo el tema principal del estrés y el vacío en el mundo contemporáneo”, cuenta Chamé en charla con Télam.

“Lo que proponemos es el contraste entre un personaje arquetípico como un payaso metido en la locura del mundo contemporáneo, con la cabeza dividida, desesperado por llegar a un lugar que nunca llega, todo esto hecho en clave de humor pero un humor que no es verbal, no es stand up, sino visual, poético, físico“, asegura.

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¿Cómo encadenás las dos obras?
Son un continuo, en la primera está el tema de la casa, Míster Piola llega y quiere descansar pero se tiene que ir, está ahí corriendo desesperado, aparecen el tema del amor, la familia, la madre como un objeto persecutorio, el padre tipo Hamlet, un fantasma, el jefe que lo presiona para que salga de viaje y esa segunda parte es el aeropuerto de “Last Call”, donde suceden otras cosas y se ponen en juego las problemáticas sociales burocráticas, todas las cosas que hay que hacer para pasar una puerta, la cuestión actual de la seguridad donde todos corremos el riesgo de ser terroristas, además esta cosa del aeropuerto como un lugar sin identidad, una especie de limbo.

También hay algo que hermana las dos propuestas desde el punto de vista del tratamiento.
Sí, son como un homenaje a los grandes artistas del cine mudo, a Chaplin, Tati, Buster Keaton, tipos contemporáneos de su mundo que enfrentaban lo que suscitaba la aparición de la violencia de las máquinas de comienzo del Siglo XX, y yo creo que hoy el payaso sigue tomando ese lugar de denuncia, es el tipo que no encaja en este sistema, si bien más que una crítica social estos trabajos son un divertimento con fondo social.

¿Evoluciona un payaso a lo largo del tiempo?
No, Míster Piola nació en la época del Clú del Claun, el payaso siempre es el mismo porque es la infancia, cambia el actor y el diámetro de su panza, el payaso te muestra cómo el error humano se repite; fijate que Chaplin fue envejeciendo pero a Carlitos lo vemos siempre de la misma manera, es raro verlo envejecer, aceptamos que el actor envejezca pero no el personaje, hay como un respeto a esta tradición.

El clown se fue popularizando en estos años…
El mundo del payaso es muy digno, hay que tener mucha técnica para hacerlo, ahora es muy popular pero pocos lo pueden hacer con la maestría que necesita ese tipo de arte porque si no es muy chabacano, muy banal, los payasos tienen que tener un manejo físico, musical, de la palabra, de la dramaturgia, son cosas que un payaso tiene que saber hacer.

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En los espectáculos hay también mucha destreza y desgaste físico.
Todos mis espectáculos son físicos porque cuando el compromiso físico es exigente esto repercute y resuena a nivel emocional, todo tiene que pasar por el cuerpo; cuando termino una función si no estoy transpirado me asusto, algo tiene que haber salido mal; yo no hago un trabajo psicológico sino de entrega corporal, hay como una especie de fiesta y juego con el público y la entrega física es necesaria.

Homenaje también a Alain Gaulté, un comediante, clown y titiritero francés, maestro de payasos, que codirigió “Llegué para irme” y que falleció en febrero pasado, Chamé dice que son las últimas obras en que trabaja usando nariz. “No creo que pase de acá mi trabajo usando nariz, prefiero ir buscando otras formas, la esencia de mi trabajo se va construyendo piedra por piedra pero la imagen de payaso creo que no va más para mí, tiene algo de contemporáneo y algo de vintage”. NR


Fuente: Télam

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