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Un vecino de Laferrere creó un brazo electrónico ocho veces más económico que una prótesis tradicional
Lo hizo en apenas 15 días y lo pagó de su bolsillo. La historia de Luis Sandoval.
(PBA) Luis Sandoval (42) trabaja como administrativo en el Instituto de Ciencias de la Rehabilitación y el Movimiento (ICRyM), perteneciente a la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), donde además cursa el cuarto año de la carrera de Ingeniería.
Allí, al ver constantemente personas amputadas –y muchas de bajos recursos–, se le ocurrió desarrollar un brazo electrónico de bajo costo. Lo hizo en 15 días. Y pagándolo de su bolsillo. El costo es de 3.300 pesos contra los 40 mil que se pagan en el mercado.
“Al trabajo vienen pacientes con dificultades económicas y se me ocurrió esta idea. Pensé que sería interesante. Así que la gente del Instituto me ayudó con la impresora 3D y el profesor Juan Carlos Mollo con el desarrollo electrónico. La plata para hacerla la puse yo”, contó a Clarín Sandoval, que vive en Laferrere con su esposa y su hija de 6 años y que en unos meses volverá a ser papá.
El proceso fue creciendo y aprobado desde varios lugares. “Más que nada lo comencé haciendo como tesis de mi carrera. El Instituto me apoyó en la parte anatómica y luego lo vio Daniel Kogan, director de la carrera de órtesis y prótesis. Me sorprendí porque después lo vio el decano del INCALIN (Instituto Nacional de Calidad Industrial) y él se lo mostró a la comisión de CADIEEL (Cámara Argentina de Industria Electrónica, Electromecánica y Luminotécnicas). Además estuvimos en La Rural, en la Biel Light + Building Buenos Aires, y recibimos felicitaciones”, dijo.
Entre las herramientas menos costosas que utilizó Sandoval se encuentra “la placa Arduino, que es un hardware de desarrollo con código abierto”.
Si bien es puro optimismo, Sandoval sabe que falta cumplimentar la última parte del proyecto, probablemente la más difícil. “Este es el prototipo. Cuánto más complejo el brazo, más caro. Este que hice abre, cierra la mano y hace un poco de pinza“, explicó.
Y agregó: “Para que una persona la pueda utilizar, falta la etapa de inversión para mejorar los materiales. Hasta ahora fue como un hobby, pero los motorcitos que uso no son útiles. Falta la etapa del diseño que pueda colocar el plástico en el muñón“, explicó.
El inventor recordó que gastó en total 3 mil pesos. “1.500 de materiales, otros 1.500 del sensor mioeléctrico y el costo de impresión, que puso el Instituto, unos 300 pesos. Yo creo que con 5 mil pesos se puede hacer una prótesis autónoma”, estimó.
“Hizo la impresión 3D y le mejoraron la parte fisiológica. Los motores tienen una fuerza de 90 gramos y el brazo es de plástico. Haciéndole un buen mantenimiento puede durar toda la vida”, detalló Mollo, uno de los docentes que apoyó la iniciativa de Sandoval.
Sobre la utilidad de la prótesis, Mollo amplió: “Le podés enseñar al paciente a agarrar cosas, mover los dedos, siempre dependiendo la amputación que tenga”.
Sandoval, mientras tanto, encara la recta final de su carrera universitaria: “Se vienen exámenes importantes para mí”. A su vez, cientos de personas de bajos recursos alimentan una esperanza. Todo gracias a su gran idea y a su alma de emprendedor. NR
Fuente consultada: Clarín
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