Buenos Aires, 19/04/2024, edición Nº 4174
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Opinion

Diez años de era k: década ganada, oportunidad perdida

En mayo de 2003 Néstor Kirchner asumió en un país que crecía al 7% y con una inflación real del 3% anual. Dichos números significaban una sustancial mejora en relación a la crisis del año 2001, que fue cuando explotó la crisis de la convertibilidad

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Por Aldo Pignanelli ( * )

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En mayo de 2003 Néstor Kirchner asumió en un país que crecía al 7% y con una inflación real del 3% anual. Dichos números significaban una sustancial mejora en relación a la crisis del año 2001, que fue cuando explotó la crisis de la convertibilidad, pero en realidad la economía venia cayendo desde agosto de 1998 (hasta marzo 2002 cayó el 22%); el déficit fiscal alcanzaba al 3% del PBI, el atraso cambiario se hacía sentir, la balanza comercial era deficitaria, la deuda externa era impagable y estábamos en default, el desempleo llegaba al 25% y el sector privado estaba con una deuda muy pesada con altas tasas de interés y desde diciembre de 2001 hasta agosto 2002 tenía plena vigencia el corralito. El boom de la soja aun no había llegado, valía s$s140 la tonelada y se exportaban sólo u$s 5.000 millones por año.

El 1° de enero de 2002, se anunció el plan que permitiría salir de la convertibilidad, basado en 4 variables macroeconómicas: 1-Superavit Fiscal 2- Superávit dela Balanza Comercial 3-Dólar competitivo 4-Política monetaria sana que serviría de anclaje ala inflación. Las herramientas utilizadas fueron: la pesificación asimétrica, devaluación dela moneda con flotación del tipo de cambio y la creación del Mercado Único y Libre de Cambio. Se impidió la ejecución de más de 600.000 deudores hipotecarios de casas particulares, de más de un millón de Pymes y 300.000 productores agropecuarios.

En realidad, dicho plan pretendía tener un país normal, e impedir la dolarización de la economía, que hubiese significado una enorme transferencia de riqueza de los argentinos hacia el sector financiero y las corporaciones internacionales.

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En el año 2003 China ingresa a la Organización Mundial de Comercio, cambiando el paradigma de la economía global, ya que América Latina inicia un largo período de mejoras delos términos de intercambio, aumenta la demanda y los precios de los productos de exportación y se reducen los precios de los bienes industriales que importa, debido a la mayor oferta China. Se inicia también un período de tasas muy bajas del dólar y el euro, y aumento de la oferta de capitales para créditos e inversión productiva en los países emergentes.

• El caso argentino

El gobierno puede mostrar resultados positivos si comparamos el 2013 con 2002 (el peor año de la situación económica en décadas); pero en relación con el año 1998 (inicio de la crisis de la convertibilidad) se puede ver que en realidad Argentina perdió una gran oportunidad de duplicar las reservas del BCRA, evitar la fuga de 70.000 millones de dólares, recibir inversiones directas por más de s$s 40.000 millones de dólares, reducir la inflación y obtener créditos blandos para el desarrollo tecnológico. Hoy el gobierno dilapidó la fortaleza del “modelo”, la inflación es la más alta de la región y la segunda en el mundo después de Bielorrusia, el INDEC miente hace 6 años, el gasto público supera el 42% del PBI, generando un déficit del 3% del mismo, la presión tributaria es récord histórico, se emite moneda sin respaldo al 40% anual y las reservas del BCRA caen como reflejo de la desinversión y la desconfianza en las reglas de juego y el atraso cambiario. La matriz energética es cada vez más deficitaria.

Si comparamos con los otros países de Latinoamérica, Argentina con u$s 7.000 millones por año es el país que menos inversión extranjera directa recibe: Brasil u$s 66.000 millones, México u$s 19.400, Colombia u$s 13.200, Chile u$s 17.300, Perú $7.600 millones, siendo también el que menos creció en exportaciones.

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El gasto público demuestra que somos el peor alumno de la región, ya que representa el 43% del PBI, superior al de Brasil (37%), Colombia (26%), Chile (23%) y Perú (19%).

En el siguiente cuadro se puede ver claramente el atraso y el desequilibrio de las variables macroeconómicas de nuestro país:

• Conclusiones

Claramente es el final de un ciclo económico, basado en el crecimiento artificial del consumo interno sin inversiones suficientes y el financiamiento de los desequilibrios a través de emisión monetaria.

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Sin embargo, entramos en una etapa de la economía mundial muy favorable para los argentinos, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) ya han desarrollado sus economías, ahora es el momento de países como México. Polonia, Indonesia, y tal vez Argentina si el actual gobierno y el post-kirchnerismo que viene, copia el modelo de los países hermanos de Latinoamérica.

Se necesita un shock de inversiones, que es la espina dorsal del desarrollo. Pero esto sólo no es suficiente, también es necesario un aumento de la fuerza de trabajo, de los incentivos económicos, un sistema educativo inclusivo que permita el desarrollo del conocimiento técnico de los sectores más desprotegidos, y una sustancial mejora en el funcionamiento de las organizaciones económicas y democráticas.

(*) Extitular del Banco Central
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