Buenos Aires, 11/12/2024, edición Nº 4410
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Grindetti busca aliados internos

El intendente de Lanús se postula como precandidato a la gobernación de la provincia de Buenos Aires y se alinea bajo la figura de la presidenta del PRO. Su relación estrecha con el ex mandatario, sus propuestas de gobierno y por qué dejó de respaldar la aspiración presidencial de Horacio Rodríguez Larreta

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Franco Macri fundó la empresa SOCMA en enero de 1976. Tres años después, a sus 24 años, Néstor Grindetti empezó a trabajar como cadete. En 1983 se recibió de actuario en la Universidad de Buenos Aires. Su crecimiento en la compañía lo llevó a integrar el directorio. Conoce a Mauricio Macri desde hace más de cuarenta años. Lo había convocado, primero, para conducir los equipos técnicos en la Fundación Creer y Crecer. Luego, en 2003, para competir por la gobernación de la ciudad de Buenos Aires. Cuatro años después, con la asunción de Macri como jefe de gobierno, Grindetti asumió el cargo de ministro de Hacienda: dos mandatos correlativos. En 2015, lo eligieron intendente de la ciudad donde nació y vive: dos mandatos como jefe municipal de Lanús. Ahora, en 2023, quiere ser candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires.

Su línea y referencia política es el hombre que lo apadrinó en su carrera política: Mauricio Macri. En este año electoral de más incertidumbres que certezas, Grindetti ubica a su jefe político en la cumbre del PRO. “Mauricio tiene un rol preponderante, destacado. Es el fundador del partido, el ex presidente. Más allá de mi relación personal, para mí está arriba de todos los liderazgos. Va a ser protagonista de cualquier forma. Ya sea como candidato a presidente y como protagonista de nuestra interna, siempre va a ser un referente. Y después están los demás”.

Dijo que se siente acompañado por Mauricio, que lo conoce hace cuatro décadas, que fue su ministro ocho años, que es intendente gracias a él y que los cambios que hizo en Lanús llevan “la impronta de su pensamiento en términos de gestión pública”. Repitió que considera que el ex presidente merece un “segundo tiempo” y advirtió que no le pregunta qué va a hacer de su proyección política para este año de elecciones porque no le gusta presionarlo: “La decisión trasciende lo político: es personal, es familiar, es de estilo de vida. Él ya está en un nivel internacional. Su decisión nos dará un panorama. Pero si él no es, será Patricia”.

Su posición es determinante. En la interna del PRO por las candidaturas presidenciales, el intendente de Lanús ya eligió a Patricia Bullrich: “Hoy es mi candidata y yo trabajo para ella. Veremos qué decide Mauricio y cómo se acomodan los melones después de que él decida, pero hoy mi candidata es Patricia”. Hubo un momento en que había acercado posiciones con el otro candidato a presidente del PRO, Horacio Rodríguez Larreta. La interna de la oposición está polarizada en dos figuras. “Me convenció la convicción, la seguridad en sí misma, las ideas, el coraje que tiene Patricia. Mi líder natural es Mauricio y Patricia ejerce un liderazgo muy similar. Es más parecida a Mauricio que Horacio”.

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Insiste en que Bullrich, una dirigente que no participó en la fundación del PRO, encarna los valores históricos que bajan desde Macri, personifica la esencia ideológica del espacio y sostiene la misma visión de país. “Horacio tiene un estilo distinto -aclara-. No digo que no quiera hacer los mismos cambios, pero eventualmente los realizará de una forma distinta. Nosotros queremos salir a la cancha y tratar de llenar el arco de goles. No se tiene que interpretar esto como si fuésemos a salir a tontas y a locas. Sabemos a dónde vamos. La decisión firme del cambio y de hacer alianzas sin negociar ciertos puntos la tiene Patricia”.

Grindetti valora la determinación de Bullrich para ejecutar cambios de fondo, que -dice- no son fáciles ni negociables. Son los mismos lineamientos que la dirigente proyecta: “La baja de impuestos, la baja del costo laboral, la erradicación progresiva en el tiempo de los planes. Hay que bajar los impuestos para que el campo pueda exportar rápido para empezar a generar divisas. No podés erradicar de la noche a la mañana el plan porque la gente se muere de hambre. Lo que tenés que hacer es darle salida descentralizando la administración de los planes hacia los municipios: no la plata sino los recursos humanos”.

Hace referencia a una cuestión de decisión política y de valentía a la erradicación de los planes sociales. Divide el proceso de descentralización de los planes para que dependan de los municipios y no de las provincias en tres capas: “Primero, Lanús tiene equis cantidad de planes -ejemplifica-: hay que conseguirle trabajo a equis cantidad de gente. Segundo, darle capacitación en oficio: hay una demanda increíble de mano de obra y no aparece el laburante. Tercero, darle al sector una baja de la carga impositiva: quien tomó a una persona que tiene un plan, durante tres, cuatro, cinco años años no hace aportes patronales. Un fondo de desempleo temporal para esa gente y una reformulación de la legislación laboral que termine con la industria del juicio, una carga económica y emotiva a la pyme que evita que tome gente”.

Una de sus principales propuestas es la descentralización de la partida presupuestaria a través de los municipios. “Sería para ejecutar las políticas con más eficiencia”, argumenta y considera que la seguridad, la salud y la educación deberían ser responsabilidad de cada intendencia. “Para eso hay que cambiar el CUD, el porcentaje por el cual se distribuye la coparticipación. Es una fórmula compleja e irreal. Hay que hacer un cambio importante. La policía, por ejemplo, debería depender íntegramente del municipio: los salarios los debería pagar el intendente. Si hay que arreglar escuelas, las arregla el municipio. Si hay que controlar a los maestros, los controla el municipio. Si hay que comprar manuales a los chicos, lo hace el municipio. Hay que reformular la distribución de fondo”. “El otro eje de la provincia es el tema productivo -precisa-. Hay que facilitar la inversión, hay que bajar impuestos ordenadamente, hay que sacarle el pie de la cabeza al campo, dejar que fluya y exporte todo lo que pueda. Hay que ayudar a las pymes”.

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Grindetti visitó Mar del Plata en verano como todo político que se precie de aspirar a una candidatura. El año pasado -dice- se abocó a escuchar y a prepararse. Este 2023 es el año de las propuestas. Su proyección política, después de dos mandatos en el ministerio de Hacienda porteño y de dos mandatos en la gobernación de su territorio, es la provincia de Buenos Aires. “Quiero ser el gobernador de los bonaerenses. Es el momento, a la edad que tengo, de coronar mi carrera profesional y política. Tengo un equipo y tenemos ideas, pero fundamentalmente conocemos la provincia”, afirma.

Pero claro, no es el único aspirante del PRO. Aclara que su proyección no es especulación, no es una maniobra para competir por un espacio destacado en una lista única: “No quiero tener un plan B. No encaré esto para negociar. Si puedo ser, seré. Si nos ponemos de acuerdo, si la gente quiere. Si no soy, en el futuro veremos. La decisión es firme de ir hacia adelante porque creo sinceramente que tengo la posibilidad. Voy a pelear hasta el final”. Sabe que la apuesta es audaz y dice que no deja de soslayar e ignorar que el bastión y refugio del kirchnerismo en el país está la provincia de Buenos Aires. “Pero creo que por los problemas que no solucionaron y por nuestras propuestas concretas para resolverlos, la gente nos va a terminar acompañando”.

“Hay otros precandidatos -razona-: está Christian (Ritondo), está (Joaquín) De la Torre, está (Javier) Iguacel. Honestamente tenemos buena onda y buena leche en esta carrera que cada uno quiere hacer. Siento que lo puedo hacer mejor que Christian porque tengo más experiencia que él al haber manejado un municipio. Él fue ministro y conoce la provincia y también tiene derecho a pensar que lo puede hacer mejor que yo. De alguna forma nos vamos a poner de acuerdo”.

La experiencia en Independiente puede servir de referencia. Grindetti y Ritondo fusionaron sus agrupaciones y sus deseos de involucrarse en la vida política del club de Avellaneda y convocaron a Fabián Doman para que asumiera el rol de candidato a presidente. En octubre del año pasado, la lista opositora venció por amplia diferencia al oficialismo representado por Hugo Moyano. Se decretó, así, el regreso del macrismo a la conducción de un club argentino, gracias a la alianza de dos referentes de Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires. En ese caso, ni Grindetti ni Ritondo asumieron el papel preponderante. Ahora compiten por ocupar el espacio central en la boleta del PRO en la precandidatura a gobernar el territorio bonaerense.

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