Fue condenado en un juicio abreviado. Se ganaba la confianza de los niños invitándolos a cazar y ofreciéndoles golosinas, regalos o dinero.
Una profesional del Hospital Rivadavia fue atacada en la Villa 31. Le gatillaron un arma cuatro veces.
Los efectivos, un hombre y una mujer, se habían quedado con un televisor y dinero que dos ladrones le habían robado a una familia.