Vecinos tratan de frenar el desalojo del Club Miraflores

Este martes se había dictado el desalojo del club ubicado en el barrio Juan XXIII. Llaman a resistir por el predio donde hacen actividad más de 300 familias.

(CABA) Al sur de la Comuna 7 hay alarma entre los vecinos por el futuro del Club Miraflores. Según cuentan sus referentes, el viernes pasado les llegó una orden de desalojo. El hecho habría de concretarse el martes 8 de abril pasadas las 9.30.

“Ante esta situación, la Comisión Directiva y vecinos del barrio convocan a una movilización para el día de hoy, lunes 7 de abril, a partir de las 17 hs en Somellera 1770, CABA. El CAM abrió sus puertas en la década de 1980 y después de una mala gestión de un presidente que se ocupó más del lucro personal que del uso social del club, en 2011 fue recuperado por un grupo de vecinos que se organizaron y lo pusieron en funcionamiento”, habían informado.

“Ante un Estado que tiene postergados a los barrios del sur y que enreja parques y plazas, los vecinos de Juan XXIII recuperamos un espacio vital para nuestros pibes. No vamos a permitir que cierren el único espacio social y deportivo que hay en el barrio”, aseguró Lucas, vecino y militante del Centro Social y Cultural El Furgón del Movimiento Seamos Libres.

“En la actualidad, en el club entrenan chicos de entre 6 y 13 años, organizados en 6 categorías que participan de los campeonatos locales de fútbol. Además, cuenta con una categoría de mujeres y otra de infantiles. Sus instalaciones también son utilizadas por los vecinos como lugar de encuentro y recreación. Hoy, el Miraflores puede ser desalojado por un conflicto de tierras con el Instituto Privado San Judas”, sumaron.

En el club funcionan hoy equipos de fútbol, tenis y tae kwon do para chicos de entre 6 y 13 años. También funciona como salón de fiestas, generando un ingreso para el club, y hay clases de apoyo y actividades recreativas. Incluso juegan al fútbol alumnos del Instituto San Judas Tadeo, aclara Lucas. En total hay unas 300 familias involucradas, y el trabajo de contención del club es importante porque, según Lucas, “estamos a dos cuadras de la villa, la falopa está a full, hay chicos de 12 o 13 años que se manejan solos y ya patean la calle. Por eso vamos a resistir”.