Postergan nuevamente la suba del boletos de trenes y colectivos

“Hacerlo ahora (después de lo sucedido en Once) sería una afrenta al sentido de oprtunidad” aseguran desde la cartera de Transporte que conduce Juan Pablo Schiavi.

El Gobierno podría postergar por segunda vez la entrada en vigencia de los aumentos tarifarios que están en carpeta para los usuarios de los colectivos y trenes que no cuenten con la tarjeta SUBE (Sistema Unico de Boleto Electrónico).

El recorte de subsidios para el transporte público de la región metropolitana iba a arrancar el próximo viernes, pero por el cimbronazo que produjo la tragedia de Once registraría una nueva postergación hasta mediados de marzo.

Si bien afectaría a una reducida cantidad de usuarios que aún no tienen la tarjeta SUBE, en el Gobierno consideran que salir anunciar ahora un aumento tarifario no resulta lo más aconsejable porque podría acrecentar el malhumor y la bronca de la gente por el estado de los trenes y el transporte público.

Según el cronograma oficial vigente, el miércoles el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi tendría que dar a conocer los nuevos precios de los boletos que regirían desde el viernes para los que no hayan sacado la tarjeta SUBE.

“Si bien oficialmente por ahora no hay cambios, lo más probable es que se disponga otra prórroga en la aplicación de las tarifas plenas para los que no utilicen la tarjeta SUBE”, señaló a Clarín una fuente del ministerio de Planificación que conduce Julio De Vido.

Los incrementos en juego para los colectivos y trenes habían sido anticipados por el Gobierno a principios de noviembre cuando puso en marcha la nueva política de eliminación de subsidios tarifarios en los servicios de energía eléctrica, gas y agua potable. En ese momento, De Vido y el secretario de Transporte anunciaron que en los primeros meses de 2012 se iba a poner en práctica un “redireccionamiento” en los subsidios destinados al transporte público. “Vamos a personalizar los subsidios para lleguen a los usuarios y no a las empresas”, aseguró Schiavi.

El 22 de enero, cuando se llevaban entregadas algo menos de 5 millones de tarjetas SUBE, el Gobierno comunicó sorpresivamente por medio de un spot televisivo que el 10 de febrero se iban a cortar los subsidios para aquellos que no tuvieran la tarjeta SUBE.

Tras el anuncio, los usuarios salieron en masa a gestionar la obtención de la tarjeta para no tener que afrontar los aumentos. Durante varios días, los puntos de entrega de la tarjeta colapsaron con gente que debió hacer hasta ocho horas de cola para poder conseguirla.

Ante las demoras registradas con los pedidos realizados por internet, dos días antes de la fecha indicada para el debut de las nuevas tarifas, el Gobierno decidió extender el plazo límite de acceso a la tarjeta SUBE hasta el 2 de marzo.

Tras echarle la culpa a los usuarios que “dejan todo para último momento”, Schiavi anunció en esa ocasión que a partir del 2 marzo iban a entrar en vigencia los aumentos para los que no tengan el plástico y que desde ese día la tarjeta SUBE no será más gratuita y pasará a costar US$ 1,10 más el gasto de envio.