El Gobierno oficializó el fin del contrato con TBA

Un tren chocó, murieron 52 personas, el Estado intervino la empresa consecionaria por 15 días y a los tres meses confirmó lo que todos sabian: TBA no administraba bien el servicio de trenes.

Sin sobreactuar un enojo, el Gobierno oficializó hoy a través del decreto 793/2012 la rescisión del contrato de concesión para la explotación de los servicios ferroviarios de pasajeros suscripto con la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA).

Ahora solo falta que admita lo que la otra parte que la ciudananía en su conjunto -incluida la que adhiere a este Gobierno- tiene bien claro: la gestión kirchnerista abonó corruptamente el sistema semiprivado de Transporte público, que derivó en la calamitosa y criminal situación actual.

La norma publicada hoy en el Boletín Oficial rescinde el contrato suscripto con la empresa TBA para las Líneas General Mitre y Sarmiento, y faculta a la Secretaría de Transporte formalizar la toma de posesión respectiva y a convocar a Metrovías y Ferrovías para gestionar la operación del servicio hasta tanto se determine la modalidad de prestación.

El decreto recuerda que “al 25 de mayo del año 2003, con la asunción del Presidente Néstor Kirchner, el Gobierno nacional se encontró con un escenario devastador: más de 15.000 kilómetros de vías fuera de servicio, cientos de estaciones clausuradas y abandonadas y con ello pueblos aislados”.

Y, tras detallar supuestas inversiones realizadas en el sistema desde esa fecha, asegura que “esta rescisión opera por culpa exclusiva de la concesionaria en virtud de sus graves y reiterados incumplimientos, en virtud del interés público comprometido”.