Una sonrisa para Bagley

La empresa cobrará 150 mil pesos tras ganar juicio por plagio por el uso del diseño de sus galletitas sonrisa.

(CABA) La justicia reconoció a Bagley la propiedad del formato de las galletitas Sonrisas y condenó a su competidora Dilexis SA a dejar de usar esa imagen para identificar su producto Dale Alegría, y a pagar una indemnización de $ 150 mil a la primera.

Desde 2004 Bagley es propiedad de la local Arcor (con el 51%) y de la francesa Danone, y es la principal productora de galletitas de América Latina. Por su parte, Dilexis es una tradicional empresa de San Juan adquirida en 2011 por la estadounidense Pepsico y que produce galletitas para el mercado de bajo poder adquisitivo, además de productos para WalMart y Coto, entre otros.

Según la sentencia de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial del 10 de diciembre pasado, Bagley inició en 2007 reclamos por el lanzamiento de la demandada a la par de un pedido de incautación de las galletitas “plagiadas”. Tras el fracaso de las gestiones extrajudiciales y de la audiencia de mediación, Bagley promovió la demanda contra Dilexis “por el cese de uso de la marca ‘formato y diseño de galletita’” acompañada del reclamo indemnizatorio.

En el proceso, la demandada argumentó que Bagley “no posee derechos exclusivos sobre el diseño en cuestión, por encontrarse ampliamente difundido en numerosos productos del rubro alimenticio“. La justicia determinó que está “suficientemente acreditado” que Dilexis utilizó en forma indebida el formato y diseño de Sonrisas y atribuyó a Bagley la propiedad exclusiva del logo “carita sonriente“. Sobre esa base, condenó a Dilexis a no usar más la imagen y a pagar la indemnización de $ 150 mil más intereses a la demandante.

Los jueces reconocieron las dificultades para probar la intencionalidad de Dilexis en el plagio, pero defendieron la necesidad de “partir de una presunción de daño, a fin de que la conducta ilegítima no se beneficie con la impunidad por razón de las dificultades que se presentan“.

Fuente: Tiempo Argentino