Confirmado: Vandentrole dormía en un departamento de Boudou en Puerto Madero

El ex director de Ciccone lo admitió ante la Justicia. Además, dijo que contrató servicios de teléfono, cable e Internet. Es otro elemento que lo vincula a Boudou.

(Ciudad de Buenos Aires) En los momentos en que el rescate financiero de la ex Ciccone Calcográfica era tratado por las más altas autoridades del Gobierno, incluido Amado Boudou, el director de esa empresa dormía en el departamento que el actual vicepresidente tiene en el piso 25 del edificio River View, de Puerto Madero.

Rendido ante las evidencias, y quizás atajándose por otras pruebas aun desconocidas que podrían comprometerlo todavía más con estas actividades, Alejandro Vandenbroele admitió ante la Justicia que solía usar un inmueble que es propiedad de Boudou para pasar las noches, dejar papeles y retirar cartas. También confirmó que contrató para el lugar teléfono, el servicio de cable e Internet.

La confesión de Vandenbroele consta en un escrito que entregó el jueves 15 al juzgado de Ariel Lijo, el magistrado a cargo de la causa Ciccone junto a los fiscales Jorge Di Lello y Raúl Pleé.

En ese documento, Vandenbroele da su versión sobre el rol que cumplió en la ex Ciccone. A la vez, intenta explicar las muchas vinculaciones que lo unen con el principal beneficiario gubernamental que tuvo de la imprenta que él manejaba: Boudou.

Por primera vez, por ejemplo, intenta explicar de dónde salió el dinero que financió a la sociedad The Old Fund, que controlaba la compañía hasta su estatización: dice que fue el ex banquero menemista Raúl Moneta el que aportó los fondos para ponerla en funcionamiento. Y también involucra en varias operaciones económicas y societarias al empresario Guillermo Reinwick, cuñado de Nicolás Ciccone, uno de los fundadores de la firma que llevaba su nombre.

El matutino Clarín pudo reconstruir la declaración escrita de Vandenbroele en base a diversas fuentes del caso Ciccone que accedieron a ella. Según Vandenbroele, el departamento de Boudou nunca fue su casa, pero sí un lugar que usaba para diversas cuestiones, incluso para dormir.

El inmueble, dice, había sido alquilado a un amigo suyo que reside en España, Fabián Carosso Donatiello: argumenta que él lo cuidaba mientras su verdadero inquilino estaba en el extranjero.

La Justicia comprobó que Carosso Donatiello pasó pocos días en la Argentina durante todo el lapso en el que supuestamente pagaba por el uso del piso en el River View. Proyectaba hacer aquí negocios con la venta de jugadores de fútbol, un plan que se frustró.

Vandenbroele cuenta en su escrito que fue él quién gestionó el alquiler de la casa a través del socio del vice, el millonario José María Núñez Carmona, quien le comentó en su momento que Boudou dejaba ese departamento para mudarse a uno más grande.

Según la versión de Vandenbroele, Carosso Donatiello firmó un contrato de arrendamiento con Boudou pero sin que ellos se vieran.

A la vez lo desliga todo el tiempo del caso . Su escrito es tan enfático en ese sentido que da la sensación de que forma parte de la estrategia judicial del vice.

Vandebroele admite, eso sí, que tenía un trato frecuente con el mejor amigo, testigo de boda y socio del vice, Núñez Carmona.

Y también confirmó que uno de los socios que tuvo The Old Fund fue otro viejo amigo de Boudou, Sergio Gustavo Martínez.

El vice está imputado en la causa Ciccone por enriquecimiento ilícito y negociaciones incompatibles con la función pública.

Siendo ministro, Boudou le dijo a la AFIP que debía darle a la ex Ciccone una moratoria excepcional , una atribución en la que no tenía competencia. Uno de sus amigos era socio minoritario de la empresa. A la vez el director de la compañía dormía en su departamento. La firma también facturó pasajes al exterior utilizados por su socio y uno de sus hermanos, Juan Bautista. El único gran negocio que hizo la imprenta fue fabricar billetes: el contrato llegó vía Casa de Moneda, un ente manejado por Katya Daura, allegada al vice.

Según Vandenbroele, todas estas vinculaciones que lo entrelazan con Boudou son producto de un sinfín de casualidades, actos y enredos ahora pesadillescos, producidos únicamente por el azar.